domingo, 28 de septiembre de 2008

Una Buena Alimentación parte II.

Recuerda que la digestión se detiene durante el sueño, originando que los alimentos se fermenten causando malestares, mal aliento y mal sabor de boca.

El desayuno es importante para comenzar el día con energía, de modo de evitar el cansancio físico y la sensación de debilidad que es frecuente a media mañana. Pero además, el desayuno es esencial para los estudiantes y para las personas que deben realizar esfuerzos mentales, porque aporta las sustancias necesarias para el correcto funcionamiento del cerebro. Al menos el 20 o 25% de las calorías totales de la dieta deben consumirse en el desayuno. Pueden consumirse cereales, leche (vacuna o de soja), frutos secos y frutas, y también complementos como germen de trigo, polen levadura, etc.
El almuerzo debe suministrar casi todo el resto de la energía necesaria, dejando poco para la cena. Es recomendable comenzar cada almuerzo con una ensalada de hortalizas, que aportan ácido fólico y minerales. También hay que consumir un plato energético y proteico, como cereales y legumbres, pastas, etc.

El problema que tienen los diferentes tipos de alimentos, es que cada uno se digiere de forma diferente: algunos requieren más tiempo que otros, y utilizan distintas enzimas.
El organismo produce las enzimas necesarias de acuerdo al tipo de alimento que se ingiere.
Para que la digestión se realice normalmente, éstas deben trabajar en condiciones favorables, caso contrario los alimentos se pudren en el intestino y originas intoxicaciones.
Si se ingiere una comida con mucha mezcla de alimentos, el organismo no puede reconocer correctamente qué se está consumiendo, y producir las enzimas apropiadas. Lo mejor son las comidas sencillas, y más aún si éstas son compatibles. También es aconsejable evitar los postres y no comer varios tipos de platos, sino sólo una comida principal a la vez.

Es importante hacer notar que estas recomendaciones constituyen un ideal. Existen muchas reglas en cuanto a la alimentación que tienen un efecto más notable que la combinación de los alimentos, como reducir el consumo de grasas, preparar los alimentos de la forma más natural, etc. Podemos decir que en general, ingiriendo comidas sencillas, incluyendo cuando se puedan alimentos integrales, masticando bien, y comiendo la cantidad necesaria, se tendrá una buena digestión.
Sin importar cuán lejos se esté del ideal, es bueno empezar a implementar algunos cambios, con lo que enseguida se notará la diferencia.

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